El periodista agredido durante un acto del PRI, dice haber sido amenazado
Martín Hernández Alcántara
El reportero Mario Martell Contreras, quien la noche del jueves pasado fue golpeado por un guarura de Roberto Marín Torres, hermano del gobernador poblano, Mario Marín Torres, denunció que desde la madrugada de este domingo ha recibido amenazas contra él y su familia, además de que hay personas que vigilan su casa y sus movimientos fuera de ella.
Mario Martell y su pareja relataron que este domingo, amigos y conocidos que trabajan en el gobierno estatal les han hecho llegar el mensaje de que habría represalias contra ambos por haberse atrevido a demandar penalmente a Roberto Marín / Foto: Rafael García Otero
El cronista –quien el viernes tramitó una denuncia ante la Procuraduría General de la República, para que la agresión que sufrió sea investigada por la Fiscalía de Atención a Delitos contra Periodistas–, y su pareja, Celina Peña Guzmán, responsabilizaron del hostigamiento a Roberto Marín Torres, quien es también secretario de organización del Comité Directivo Estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI).Martell y Peña relataron que este domingo, amigos y conocidos que trabajan en el gobierno estatal les han hecho llegar el mensaje de que habrá represalias contra ambos por haberse atrevido a demandar penalmente a un familiar del llamado góber precioso. Además, al filo de la 1 de la madrugada, Adrián Lumbreras Picazo, uno de los abogados defensores del informador, recibió una llamada anónima, desde un número que su teléfono registró como “privado”, en la cual un hombre le propuso traicionar a su cliente a cambio de dinero. Como el litigante dijo que no estaba dispuesto, la voz al otro lado de la línea le expresó en tono amenazante: “¡si usted no quiere, nosotros vamos a ver cómo lo arreglamos!”. Más o menos a la misma hora, en el hogar de Martell y Peña se recibieron varias llamadas telefónicas, pero cuando contestaban no había ninguna respuesta. Desde la noche del viernes ha habido hechos que Martell y Peña consideran extraordinarios: por principio de cuentas, una camioneta Suburban sin placas color arena, permanece estacionada en las inmediaciones de su domicilio, ubicado en la Unidad Habitacional Fuentes de San Bartolo, al sur de la ciudad de Puebla. “Esto es muy extraño porque, podemos decir que en todo el tiempo que llevamos viviendo en ese departamento de interés social, nunca hemos visto ese vehículo y sabemos que nadie ha comprado recientemente uno así”, dijo Celina. Asimismo, Martell y Peña aseguran que son seguidos a donde quiera que se desplazan. El acto más evidente sucedió la noche del sábado, cuando un taxi siguió al automóvil en el que ambos viajaban acompañados de una amiga, desde su salida de Plaza Krystal –cerca del Centro Histórico– hasta su casa. Por último, la mañana de este domingo, dos hombres videograbaron a la pareja cuando dialogaban en el parque La Concordia –ubicado en la encrucijada de la 3 Sur y la 9 Poniente, en el Centro Histórico– con el investigador del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Autónoma de Puebla, Francisco Vélez Pliego y su esposa, Catalina Pérez Osorio.Con Martell y su pareja se han solidarizado organizaciones como el Frente Cívico Poblano, la Red Cualli Nemilistli de Derechos Humanos, El Espiral 7, el equipo redactor del periódico estudiantil La Catarina de la Universidad de las Américas Puebla, la Asociación de Periodistas y Comunicadores de Puebla y el Centro de Promoción y Defensa de los Derechos Humanos, Joel Arriaga Navarro, entre otros.
lunes, 29 de enero de 2007
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